FAMILIA Y TIEMPO LIBRE EN LA ADOLESCENCIA: CLAVES EDUCATIVAS
En la Adolescencia, la adecuada organización del Tiempo Libre y los hábitos de Ocio saludables contribuyen en gran medida al desarrollo personal y social, además de representar un factor clave de protección ante conductas de riesgo.
Es conveniente que la Educación Familiar en este área se ajuste a esta etapa evolutiva. Está ampliamente estudiado que las prácticas educativas alineadas con el estilo democrático son las que mejores consecuencias reportan en el desarrollo del adolescente, contribuyendo además a una convivencia familiar más positiva.
Las claves de esta forma de educar son favorecer un clima de comunicación y afecto y propiciar un ambiente estructurado con hábitos y normas claras, que se traduce en un acompañamiento guiado y supervisado para esta etapa, en la que un tercer elemento cobra especial importancia: el fomento de su autonomía y responsabilidad.
El equilibrio entre guía/supervisión y fomento de la autonomía representa el marco adecuado en la educación familiar del adolescente, que habrá de estar presente en la Educación para el Tiempo Libre.
A partir de esta premisa les presento, en clave de orientación, las principales pautas a tener en cuenta en este área de desarrollo:
1. Es importante enseñarles a definir un tiempo de ocio diferenciado de las obligaciones. Conviene tenerlo presente a lo largo del año y especialmente en periodos vacacionales largos en los que habrá que definir claramente sus obligaciones (académicas, de repaso, contribución a las tareas domésticas, etc.) y los tiempos destinados a las mismas.
Una vez definido lo anterior, se pueden establecer los márgenes de tiempo destinados al Tiempo Libre y orientarlos hacia patrones saludables y responsables que contribuyan a sus principales funciones: descanso y disfrute, crecimiento personal y desarrollo de las relaciones.
2. Fomentar el desarrollo de sus propias aficiones personales.
La Adolescencia es un periodo clave en el desarrollo de la identidad personal. Poder desarrollar aficiones propias favorece la construcción de la misma.
Desde etapas anteriores, conviene generar distintos centros de interés y ofrecer opciones variadas de ocupación del Tiempo Libre, entre deportes, actividades culturales, contacto con la naturaleza, etc. Esto les permitirá identificar sus gustos y preferencias.
3. Establecimiento de normas claras y negociadas en cuanto a horarios de llegada, uso de internet, televisión, presupuesto, márgenes para el tiempo libre en relación a las obligaciones, etc.
Además de los criterios clave para el correcto establecimiento de las normas: jerarquizadas, expresadas con anticipación, realistas, claras, concisas y con consecuencias expresas por su no cumplimiento, en la adolescencia cobra especial importancia que sean negociadas. En la medida que sean consensuadas, será más fácil que las entiendan y perciban como necesarias. Para el adolescente saberse partícipe de las normas, facilitará su cumplimiento.
Cabe destacar que esta postura implica flexibilidad, que no permisividad.
4. Promover actividades de ocio familiar compartido.
En la adolescencia, la relación con el grupo de amigos/as se convierte en el marco principal en el que eligen desarrollar su autonomía personal, compartir tiempo y aficiones. Es fundamental conocer a sus amistades, animarle a compartir tiempo con ellas y guiarle para socializarse con otros entornos y personas de su edad con los que comparta intereses.
A su vez es importante promover espacios de ocio familiar compartido en los que mantener actividades de interés común y proponer además otras actividades variadas. Implicarles en la preparación y organización de estas actividades permite poder hablar abiertamente sobre aspectos relacionados con el ocio (su relación o no con el gasto y consumo, su utilidad, etc.) y conocer mejor sus gustos y preferencias. Además, esta organización conjunta permite poner en práctica habilidades de negociación y para la toma de decisiones, tan importantes en la dinámica familiar en esta etapa.
5. Tener presente que padres y madres, además de educar de una “forma activa”, también actúan como modelos de ocio.
Conviene plantearse y tomar conciencia de los propios hábitos de ocio y su nivel de coherencia con lo que se solicita al hijo adolescente. Los hábitos que desarrolla la familia sirven de referencia para la construcción de sus propios patrones de ocio y organización del tiempo libre.
CONCLUSIONES:
La adecuada organización del Tiempo Libre y la adopción de patrones de Ocio saludables tienen una gran incidencia en el desarrollo del adolescente y en la construcción de su propia identidad. Aprender a vivir este tiempo como un bien al servicio de su persona forma parte de la labor educativa de padres y madres. A partir del equilibrio entre la supervisión y el fomento de la autonomía y responsabilidad, las principales claves educativas para educar en este área pueden ser enseñadas y por tanto aprendidas y desarrolladas por parte de padres y madres.
Mª Soledad Vadillo Gutiérrez. Psicóloga nº col. CV – 10173 www.gabineteavanza.com
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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– Rodrigo M.J., Palacios, J (coords.)(1998). Familia y desarrollo humano. Alianzaeditorial:Madrid.
– Coll, C., Marchesi, A., Palacios, J. (comp. ) (1990). Desarrollo psicologico y educación psicologia evolutiva (1) psicologia evolutiva. Alianza editorial (Madrid).